Patología
Los patólogos clínicos trabajan en estrecha colaboración con otros médicos y profesionales de la salud para ayudar en el diagnóstico y tratamiento de los pacientes. Algunas de las áreas principales de la patología clínica incluyen:
• Hematología: Se encarga del estudio de la sangre y sus componentes. Los patólogos clínicos analizan las células sanguíneas, como los glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas, para diagnosticar y monitorear enfermedades como la anemia, leucemia, trastornos de la coagulación y otras afecciones relacionadas con la sangre.
• Bioquímica clínica: Se centra en el análisis de sustancias químicas presentes en los fluidos corporales, como la glucosa, lípidos, enzimas, hormonas y electrolitos. Estas pruebas ayudan a evaluar la función de órganos como el hígado, los riñones, el páncreas y la tiroides, así como a diagnosticar y monitorear enfermedades metabólicas, trastornos endocrinos y desequilibrios electrolíticos.
• Inmunología: Se dedica al estudio del sistema inmunitario y sus respuestas. Los patólogos clínicos analizan muestras para detectar y cuantificar anticuerpos, antígenos y otros componentes del sistema inmunitario. Estas pruebas se utilizan en el diagnóstico de enfermedades autoinmunes, alergias, infecciones virales y otras afecciones relacionadas con el sistema inmune.
• Microbiología clínica: Se enfoca en la identificación y estudio de microorganismos causantes de infecciones. Los patólogos clínicos realizan cultivos, pruebas de sensibilidad y pruebas moleculares para identificar bacterias, virus, hongos y parásitos, lo que permite un diagnóstico preciso y orienta el tratamiento antimicrobiano adecuado.
• Toxicología: Se ocupa del análisis de sustancias tóxicas, como drogas, medicamentos y productos químicos, en el organismo. Los patólogos clínicos pueden realizar pruebas para detectar el abuso de drogas, el monitoreo de niveles terapéuticos de medicamentos y la evaluación de intoxicaciones.
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